La pesca de bagres de mar, llamados también “Mochuelos” o “Mimosos”, tiene verdaderos fanáticos y son muchos los que eligen pescarlos en el Guazú, por lo bonito delas canchas de pesca y porque los portes allí suelen dar sorpresas de más de dos cifras. Desde hace unos días, los guías de la zona, vienen apostando al combo de meter pejerreyes en las primeras horas y, cuando éste afloja, tirarle a los colosos del río, estos visitantes que llegan del mar con fines reproductivos remontando los grandes ríos del Delta.

Para esta pesca donde no hay que ser sutiles pues usamos plomadas de hasta 250 gramos, cañas de embarque de 2,10 a 2,40 mts de 20 a 40 libras de resistencia serán necesarias (en este caso usamos las Spinit Solid Fiber) con reel Spinit Amazonas de buena carga de multifilamento de 60 lbs. Se usan aparejos de una sola brazolada, mas bien larga, que hay que revisar cada tanto para que no se tape con basura. La carnada: sardina (de las que salen en el río pescando pejerreyes) y tiras de calamar, cebos irresistibles para estos grandes tragones.

Por momentos hay inactividad pero cuando largan, suele haber un pique atrás del otro. Los promedios habituales son de 3 a 6 kilos, pero esta semana se han dado capturas de 8 a 11 kilos. Como siempre decimos, hay que llevarse una cuota moderada si es que vamos a consumirlos, dado que la especie viene a dejar su descendencia. A veces aficionados mal entienden que en una jornada con suerte hay que compensar muchas malas pescas y llevarse todo, hecho que es un error pues no solo estará llevando más de lo que necesita sino que estará contribuyendo de ese modo a que cada vez haya menos bagres de mar en el río.

Por lo demás, ésta es una pesca que permite a novatos vivir grandes emociones, puesto que estos tragones suelen picar con firmeza sin dejar lugar a dudas y brindar magníficas peleas que dejan los brazos cansados. No nos olvidemos que el pez juega con la corriente a su favor así que hay que armarse de paciencia y pelearlo despacio hasta agotarlo. La manipulación posterior es conveniente que la haga el guía de pesca, puesto que estos bagres tienen chuzas con veneno que producen un ardor intensísimo y es frecuente que pescadores inexpertos terminen lastimados. Hay que tener cuidado también al apoyarlos en el piso de la lancha ya que en sus saltos pueden terminar pinchando las piernas de pescadores que no reaccionan a tiempo. Por eso, mejor que el guía, que cuenta con bogagrip y largas pinzas, manipule la pieza ya sea para devolverla o mandarla al cajón.

El Guazú es una cantera inagotable de alegrías. Vaya y disfrute.

Por: Wilmar Merino