Buscando los Gran Berisso
En los meses más fríos del año, cuando la mayoría de las lagunas padecen la falta de agua y los pejerreyes sufren fríos excesivos por las bajantes que los aletargan y complican su pesca, lo que nunca falla es el querido y castigado Río de la Plata, esta bendición para porteños y bonaerenses que insiste en premiarnos inmerecidamente con sus tesoros pese a tanto destrato recibido. Y si hablamos de Río de la Plata, un pesquero de cuatro estaciones se destaca en zona Sur, por su rendimiento constante. Hablamos de Berisso, una zona privilegiada para salir a río abierto en busca de las mejores flechas de plata del estuario, esas que no por nada fueron apodadas como "los Gran Berisso", es decir, pejerreyes superlativos que suelen pasar el kilo de peso.
Y si bien la zona es pródiga en especies y particularmente es el reino del buen pejerrey, contar con un guía de primera que esté al tanto del pulso del río es fundamental pues a veces pican antes del canal o bien hay que buscarlos pasando la zona de rada, a unos 20 km de la orilla bonaerense.
Una vez más la excursión partió dando el correspondiente rol en Prefectura Monte Río Santiago y el guía puso proa al canal. Pero en esta ocasión, no se cruzó el mismo, iniciando los garetes tras haber armado una buena calle con ceba. Dejamos correr allí líneas armadas con boyas en formato cometa y chupetonas de buen tamaño, para verlas a distancia. A sugerencia del guía, las brazoladas fueron cortas, de no más de 15 cm, encarnadas con dos mojarras grandes o una grande y un buen filet. Los anzuelos rendidores fueron los de numeración 2/0 dada la enorme boca de estos grandes pejes, migradores y tragones.
El pique se comportó como esperábamos en estos tiempos fríos: algo remiso en las dos primeras horas pero aumentando con el correr de la mañana. Llevadas mágicas de las boyas eran el preludio de un matungazo pinchado del otro lado. Fueron subiendo a la lancha unas 60 piezas, un número menor a los de principio de temporada, pero con mejores portes que en semanas anteriores.
Así, el matungo del día fue un super pejerrey de 1,400 kg, y hubo unas 10 piezas que pasaron el kg de peso, siendo usuales pejes de 500 a 700 gramos. Para estas bestias, donde no es raro lograr dobletes (imagínense unos 3 kg de pejerrey repartidos en dos piezas, tironeando para todos lados), los equipos no pueden ser muy sutiles. Cañas con buen butt y aguante como las Spinit Proline de 4,30 mts y reeles con buen recupero y almacenamiento de multifilamento como el SX FC 4000, harán el combo perfecto. El multifilamento debe ser un Spinit de 0,20 y a no olvidar un buen copo Spinit de mango extensible para izar los matungos al arrimarlos a la lancha.
No hubo pescador a bordo que se quedara sin su matungo y el guía, que como decimos en la jerga pescadora "ve abajo del agua", anticipó varios piques a los aficionados al ver las aletas de las flechas asomar camino a la boya. Son emociones únicas que solo entendemos los pescadores. Vaya y disfrute.
Por: Wilmar Merino
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