Del Uruguay al Guazú
El ingreso del pejerrey a los grandes ríos del Delta es una realidad que ya es posible disfrutar desde hace algunas semanas en los grandes cursos como el Uruguay, el Bravo y El Guazú. Esos tres ríos son los que principalmente opera nuestro guía anfitrión en esta ocasión, Nicolás Gentilezza, quien nos convocó, partiendo del segundo puente de Zárate Brazo Largo, en el Guazú, a una recorrida desde el Uruguay hasta el punto de partida en las Marinas del Guazú, testeando diversos puntos rendidores.
Junto a mis compañeros de pesca partimos con el humo sobre el agua y bajándonos el gorro hasta las orejas a primerísima hora para iniciar una pesca aguas arriba del Desaguadero, en el río Uruguay, unos 5 km arriba de Nueva Palmira (ROU). Tras armar las cañas Spinit Spectrum de 4 mts con reel Spinit Phanter y multifilamento Spinit de 0,18, arrancamos una faena con un pique por demás intenso, atacando los pejerreyes en boyas con rattlin en su interior (fundamental para irritarlos gatillando la caña y haciendo que las bolillitas metálicas que tienen las boyas en su interior irriten a los pejes), con brazoladas muy cortas. Los portes fueron por demás interesantes, con ejemplares de 35 a 45 cm.
Pese a que daban ganas de quedarnos allí a rematar la jornada, decidimos cumplir con la consigna de seguir las ruta de los pejes del remonte, trabajando rincones del Bravo, donde los piques no fueron tan frecuentes, pero sí se mantuvo la tónica de buenos pejes, y parando a almorzar para reponer energías.
La tarde, momento en que toda actividad íctica decrece normalmente y especialmente en la especie pejerrey tratándose de estos cursos (A veces en lagunas bajas la cosa es al revés, el pejerrey está aterido a la mañana y se activa cuando el agua sube unos grados), nos encontró recorriendo pesqueros propios del Guazú, como la zona aguas abajo de la isla Dorado, y los pesqueros de El Pantano. En todos fuimos sacando algunos pejes, con rachas muy pequeñas de pique y grandes compases de espera.
El tramo final de la jornada lo hicimos en un clásico del Guazú de embarcados como lo es el juncal aguas abajo del recreo Helgue, allí donde otrora finalizaban las opciones de pesca orillera (ahora un prestador hizo muelles para grupos reduicidos allí así que se agrega esta variante). Y aquí los rindes aumentaron un poco, pero también se mezclaron los tamaños, sumándose a los pejes de 35 en adelante aquellos otros de 25 a 30 cm. Mojarras simples acordes al tamaño del anzuelo (número 3) fueron las carnadas ideales, pero por momentos adosarle un filet de dientudo coloreado resultó muy pero muy rendidor también.
Por: Wilmar Merino
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