Chafalote: el “Pez fantasma”
El chafalote recibe varios nombres vulgares depende la zona en la que lo pesquemos: machete, pez perro, dientudo o pirá yaguá so algunas de sus denominaciones más comunes. El nombre científico es Raphiodon Vulpinus. Lo cierto es que, lo llamen como lo llamen, estamos ante un verdadero “pez fantasma”, cuya presencia nunca está garantizada, al igual que su captura, ya que una vez pinchado este pez es un verdadero maestro del escape. Un genial cazador de correntadas rápidas que desafía al pescador senuelero más avezado.
Por esa condición de “escapista” y por ser un gran luchador, pocas especies desafían tanto al pescador con artificiales como el chafalote. La conformación ósea de su boca, protegida por grandes dientes entre los que sobresalen sus espectaculares caninos, hace que cueste hincar anzuelos y por eso suele zafar de los señuelos mediante saltos acrobáticos. La espectacularidad de su pique y combate y su habilidad de mago para desprenderse de los engaños (por eso nunca sale en espineles y cuesta pescarlo con anzuelos simples y carnada) atrapan al pescador que pruebe su pesca por las dificultades que presenta su captura.
El chafalote suele ser una captura ocasional mientras buscamos otras especies. Es raro poder asegurar su pesca pero no notar su presencia mientras pescamos otros peces, pues es clásica su "baba" o mucus protector en nuestras líneas cuando rozamos un ejemplar. Por regla general, este cazador de correntadas suele darse en correderas donde las forrajeras tienen la desventaja de luchar contra la corriente. Su cuerpo en forma de machete, con la zona preventral aquillada, su boca oblicua y sus enormes dientes caniniformes que a boca cerrada oculta en dos cavidades del paladar, lo convierten en una máquina perfecta para cazar en aguas rápidas, especialmente en bajantes pronunciadas.
En Capital Federal y alrededores, las usinas del puerto o el morro de la sede Viamonte de la Asociación Argentina de Pesca, así como el tramo medio del Club Olivos son puntos rendidores para dar con los de mejor tamaño. Pero en rigor toda corredera de agua a la que le podamos insistir algunas horas, especialmente si es salida de agua caliente, será lugar de concentración de la especie.
La temporada rioplatense se prolonga desde noviembre hasta bien entrado abril, dado que suele ser frecuente su captura en la ventana previa al ingreso del pejerrey. Luego, en portes menores (que suelen ser la pesadilla del pescador de pejerrey pues ataca las mojarras que se usan como carnada), podremos divertirnos con ellos usando equipos ultralivianos durante abril a junio, antes de que el frío intenso los aleje definitivamente.
Precisamente muchos pescadores de pejerrey maldicen o matan al chafalote, molestos con algunos cortes de brazoladas, cuando ejemplares chicos se tientan con las mojarritas encarnadas en líneas de pejerrey. Llamamos a reflexionar sobre esta conducta salvaje y pensar que este predador tope tiene un gran valor en la cadena alimenticia y reproduce poco. Si no quieren divertirse pescándolos en spinning ultraliviano, bien podrían usar anzuelos económicos en sus líneas de pejerrey hasta que llegue el peje firme y, entonces sí, reemplazarlos por otros anzuelos de buena calidad. Mientras tanto, llamamos a respetar la vida del chafalote y no matarlo con la excusa de usarlo como "carnada" o como venganza por haber mellado un nylon.
Como dijimos, este pez suele cazar en correntadas. Y los mejores señuelos para pescar en esas condiciones son los enterizos de cuerpo largo, tipo minnow, ya que los articulados suelen descontrolarse en la corriente. En bocas de arroyos, no desdeña las cucharas largas, cromadas y ondulantes.
La baba es un buen indicio para elegir el artificial, especialmente en ríos turbios como el Río de la Plata: si la baba viene muy arriba del nailon o multi, estamos trabajando el señuelo mas debajo de lo correcto, mientras que si viene en el leader o apenas unos centímetros arriba, estamos en zona de ataque y quizás debamos variar la velocidad de recupero para tener suerte. Pescando desde la altura de un muelle, prefiero cañas largas como la Shimano Catana de 3 metros, o la Spinit Carbon Spin de 2,40 mts, que me permiten trabajar el tip de la caña lo mas cerca de la superficie. Señuelos de paleta de media agua y de profundidad serán los mejores, siempre en formato alargados o tipo mojarras. Como consejos finales, conviene reemplazar triples de los señuelos por Owner 4xStrong, para garantizar la clavada, y usar el spinning en condiciones de viento intenso o con señuelos muy livianos, en tanto optar por el bait cuando pescamos en zonas que requieran tiros de precisión. Pruebe la pesca de chafalotes. Verá que una vez que tiene uno prendido del otro lado de la línea, todos los esfuerzos habrán valido la pena.
Equipos recomendados:
- En spinning: Cañas Spinit Carbon Spin de 2,40 y 2,70 mts, o Shimano Catana de 3 mts para pescas de muelle. Desde embarcaciones o en pescas al ras del agua, van bien las Arco Iris desde medida 1,80 a 2,40 mts.
- Reeles de spinning: Spinit Classe y Blue Legend.
- Reeles de baitcast: Spinit Mega Cast 6 o Shimano Curado K.
- Cañas de baitcast: Spinit Amazon 2,10 de 15-30lbs o Shimano Clarus CSC72MHB de 10-17 lbs de resistencia y 2,20 mts.
- Multifilamento: Spinti, Asso o Shimano Invistec (de muy baja visibilidad) de hasta 30 lbs.
Por: Wilmar Merino
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