Lisas: difíciles pero no imposibles
La pesca de lisas es una verdadera pasión para los amantes de las pescas con boyas, que al terminar el invierno y abandonar las pescas de pejerreyes, siguen usando las cañas de cuatro metros para tentr otra especie eurihalina (como el pejerrey), es decir, otro ser capaz de adaptarse de aguas saladas a salobres y dulces. Esta condición sumada a sus particulares hábitos alimenticios que le valen el mote de “caprichosa” hacen de la pesca de esta especie un verdadero desafío pues son muchas las veces en que está pero no come”.
La lisa tiene origen marino: todas las que habitan en nuestro país ya sea en el mar o en aguas dulces, han nacido en el sur de Brasil y sus alevinos han sido traídos por las corrientes hasta aguas estuariales, donde desarrolla. En lagunas bonaerenses llegan desde cursos vinculados al mar. Por ejemplo, en la albufera de Mar Chiquita, o en Altos Verdes o La Boca, entrando por el Salado. También penetran a aguas continentales en canales como el 9, que dan a la bahía de Samborombón. En ese trayecto el pez cambia sus hábitos alimentarios y de ahí que podamos verlas saltar por doquier manifestando su presencia. Pero de ahí a pescarlas… es otro cantar.
Esto nos obliga a un ejercicio de paciencia. Y de tratar de tentarlas haciendo todo bien para aprovechar esa pequeña ventana en la que decide comer, si es que lo hace. En pescas canaleras, como las que hicimos en Canal 9, funciona muy bien la línea aérea, es decir, una boya esférica arriba sujeta entre nudos corredizos para regular la profundidad, un plomo abajo y una ristra de anzulos variables entre cuatro y seis, que cubrirán toda la columna de agua en canales que no suelen tener mas de dos metros de profundidad.
Necesitamos para pelear una lisa cañas con buena resistencia, del tipo de las que usaríamos para pelear pejerreyes en el Río de la Plata o bien de dos tramos y más de tres metros, que nos permitan arrojar un aparejo con un plomo de 60 gramos. El multifilamento se impone para lograr una clavada firme, y tener resistencia en la pelea y para izar una pieza que puede pesar hasta 4 kilos por una barranca.
El encarne para la lisa en los canales va desde la modesta lombriz de tierra, hasta carnes coloreadas como pesceto o corazón teñidos con colorante de repostería, o la muy efectiva “pancita de lisa”, un órgano que se le extrae a los propios ejemplares de la especie y que también se tiñe de rojo.
La espera es lo constante en esta pesca, donde conviene tener la caña a 45 grados con un posacañas de horqueta y las manos prontas a clavar, pues el pique suele ser brusco cuando usamos líneas aéreas, como atropellando la línea. Distinto es el caso de la pesca de lisas en desbordes o aguas bajas, donde la vemos arrimar, mostrando aletas o parte de su lomo, jugar con las boyas sutilmente, y hacer llevadas muy sutiles en muchos casos (en otros, esta especie tan variable en sus comportamientos pica decididamente).
El desafío de pescarlas nos acostumbra a mas fracasos que éxitos, pero créanme que tener una lisa del otro lado de la línea es tan emocionante que hace que todo el esfuerzo valga la pena.
Equipos recomendados:
- Cañas de pejerrey como la Proline de Spinit, Reel Spinit Turbo, multifilamento Spinit de 20 lbs y un buen copo Spinit de mango extensible para embolsar la pieza.
Por: Wilmar Merino
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